jueves, 22 de enero de 2015

Malos Hábitos Que Te Llevan A Subir De Peso



Mantener tu peso saludable o bajar de peso puede ser realmente difícil si estás cometiendo algunos malos hábitos. Cosas tan simples como ir a hacer las compras al supermercado cuando tienes hambre, o comer viendo televisión, pueden estar saboteando tus intentos por lograr una alimentación saludable y por lo tanto un peso saludable según tu estatura y contextura.

Aquí identificamos 9 hábitos que contribuyen en que se sumen los kilos en nuestra cintura. Probablemente hay algunos que ya los conocías, pero hay otros que pueden sorprenderte!

1. Hacer otras cosas mientras comes.

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Prestar atención a lo que estás comiendo es muy importante para sentirte satisfecha por más tiempo. Cuando estás disfrutando tus comidas, es menos probable que comas de más, mientras no estés haciendo otras cosas al mismo tiempo. Comer de pie, o frente al televisor o computador es siempre una mala idea.
Cuando le estás dedicando tu atención a otra cosa, es más probable que ignores los signos que te da tu cuerpo para avisar que ya comiste lo suficiente.

2. Picotear o comer snacks constantemente.

Mientras que los snacks saludables son recomendados en la mayoría de las dietas, incluso fruta y vegetales frescos pueden sumar calorías si los estás consumiendo a deshora. Si tienes hipoglicemia necesitas consumir constantemente alimentos que aporten energía, pero si no la tienes, tu cuerpo se va a acostumbrar a que lo estés alimentando constantemente y nunca va a quemar grasa eficientemente. Es por eso que estar picoteando constantemente es uno de los principales hábitos que te llevan a subir de peso.

3. Hacer las compras cuando tienes hambre.

Si tienes hambre cuando estás comprando comida, es más probable que tomes malas decisiones y termines con comida extra en tu cocina como una tentación constante. Anda al supermercado después de alguna comida, o come un snack saludable antes, y mantente firme con la lista. Si te dejas llevar constantemente por tus antojos, es más probable que aumentes de peso.

4. Terminar cada porción.

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Pocas personas no alegan que las porciones están fuera de control, especialmente al salir a comer. No porque te den un plato completo tienes que comértelo todo. Concéntrate en comer porciones normales y practica en auto controlarte, especialmente si no estás disfrutando demasiado lo que comes. Comerte toda la comida del plato y estar a punto de pasarle la lengua, es un signo de que puedes estar comiendo más de lo que debes.

5. No contar las calorías líquidas.

Puede ser que ames tu café, o que te guste regalonearte con un par de copas de vino, no puedes ignorar que los líquidos también tienen calorías que se suman a tu cintura. Desde bebidas gaseosas y lattes hasta vinos y licores, asegúrate de no estar consumiendo de estos líquidos calóricos en exceso ya que te harán subir de peso. 

6. Quedarte con las pocas opciones saludables que conoces.

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Ser un poco aventurero cuando se trata de probar ingredientes nuevos puede ser una gran ayuda para mantener tu peso estable. Si estás comiendo una pequeña variedad de comidas saludables, lo más probables es que te termines aburriendo y empieces a encontrar tentadora la comida chatarra. Trata de añadir vegetales en dos o tres colores a tus comidas y no restrinjas tus opciones de frutas.

7. Premiarte por hacer ejercicio.

Uno de los hábitos más peligrosos que lleva al aumento de peso, es darte premios culinarios después de una sesión intensa de ejercicio. La recompensa suele ser desproporcionada a las calorías que quemaste en tu ejercicio, por lo que básicamente estas borrando los beneficios y sumando calorías. No uses el ejercicio como una excusa para comer algo que normalmente no comerías sin sentirte culpable. 

8. Buscar siempre el aliño de ensaladas.

Con tan sólo dos o tres cucharadas de un aliño de ensaladas grasoso, estás transformando una comida sana en una bomba de calorías. La clásica vinagreta contiene la menor cantidad de calorías, pero un poco de jugo de limón puede ser más útil en que disfrutes del sabor de la ensalada.

 

9. Saltarte las comidas.

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Ya sea el desayuno, almuerzo o comida, saltarte las comidas puede bajarle el ritmo a tu metabolismo y reducir las habilidades de tu cuerpo de quemar grasa, por lo que definitivamente es un mal hábito que debes eliminar. El desayuno es la comida más importante del día, por lo que es realmente importante que comas al menos una pieza de fruta dentro de la primera hora después de que te despiertas.
Y tú, eres culpable de alguno de estos hábitos??


Via:http://www.cutypaste.com/estilo-de-vida/salud/malos-habitos-que-te-llevan-a-subir-de-peso/ 

 

viernes, 19 de diciembre de 2014

Anticipar las compras de alimentos para Navidad

Seguir unas correctas pautas durante la compra y almacenamiento de los alimentos para Navidad garantiza su calidad y evita posteriores problemas.

La gran demanda de ciertos alimentos durante las navidades es una buena razón para adquirirlos con antelación. Elegir buenas materias primas y conservarlas de forma adecuada hasta su consumo, además de una correcta manipulación, son las claves para evitar problemas de origen alimentario. Ahora es el momento de planificar las comidas navideñas y adquirir alimentos para congelar. Seguir unas correctas pautas durante todo este proceso garantiza la calidad de los alimentos y evita posteriores problemas de origen alimentario. El artículo enumera algunas recomendaciones para los principales grupos de alimentos y normas para anticipar las compras.  

Entre las principales claves para comprar con antelación y conservar los diferentes tipos de alimentos, destacan las siguientes: 

Pescados y mariscos:
  • Un pescado fresco tiene escamas muy adheridas, agallas rojas con las laminillas separadas, ojos brillantes y no hundidos. Su olor es fresco, a mar.
  • No se debe adquirir ni consumir marisco procedente de un punto de venta fraudulento, hay que elegir solo establecimientos autorizados de absoluta confianza. El marisco es uno de los alimentos más perecederos, por lo que el grado de frescura en la compra es fundamental.
  • Conviene transportar pescados y mariscos en bolsa isoterma con acumulador de frío para no romper la cadena de frío y, ya en casa, procesar y congelar lo antes posible.
  • Es preferible comprar ya congelados los crustáceos, como langosta o langostinos, que hacerlo en casa. Si es así, es seguro congelarlos una vez cocidos. Los moluscos bivalvos, como almejas u ostras, deben adquirirse en el momento del consumo. Con el pulpo y los calamares no hay problema y pueden congelarse.
Carnes y derivados:
  • Una carne en buen estado tiene una superficie tersa, consistencia firme y elástica, está un poco húmeda y no aparecen en ella oscurecimientos o zonas pardeadas.
  • La carne de cordero lechal tiene un color blanco nacarado o rosa pálido y su grasa, un aspecto blanco como de cera. Puede congelarse sin problemas.
  • Se ha de tener cuidado con la carne de ave, las vísceras y la carne picada: ha de picarse al momento o envasarse de forma correcta por parte de una empresa autorizada.
  • El jamón, sobre todo el ibérico, puede tener unos puntitos blancos al corte. Esto no es un signo de mala calidad, sino que es el resultado de una buena maduración. Hay que mantener la pieza a temperatura ambiente, en un lugar fresco y seco, y cubrir el corte con su propia grasa exterior.
  • La caza es un alimento de riesgo. Solo se deben consumir las piezas con garantías sanitarias, extremar las medidas de higiene y evitar la contaminación cruzada con otros alimentos. Un cocinado a fondo será un buen tratamiento higienizante.
Conservas, semiconservas y envasados:
  • Algunos productos, como patés, anchoas o jamones cocidos, son en realidad semiconservas que han de refrigerarse, ya que solo han pasado por un tratamiento higienizante (pasteurización/cocción), pero no conservante.
  • También pueden considerarse semiconservas los productos envasados al vacío: algunos han de mantenerse refrigerados, como ahumados o embutidos en lonchas.
  • Hay que comprobar la fecha de consumo preferente o caducidad, así como la integridad del envase, y evitar abolladuras, envases abombados u óxido en las latas.
Verduras y hortalizas:
  • Pueden adquirirse envasadas o a granel y han de presentarse sin tierra o restos no comestibles de la planta.
  • Se han de evitar las piezas deterioradas, golpeadas o muy maduras.
  • Retirar las partes no comestibles, trocear, escaldar en agua hirviendo, dejar enfriar y congelar.
  • Las verduras y hortalizas troceadas y escaldadas pueden cocinarse sin problemas directamente congeladas en agua hirviendo.
Postres:
  • Tartas con crema pastelera o nata son alimentos de elevado riesgo sanitario. En caso de elaborarse en casa, deben extremarse las precauciones de higiene y prepararse en el momento de consumo. De lo contrario, conviene optar por tartas industriales o congeladas.
  • Se recomienda precaución también con los helados o biscuits, si son caseros. Las preparaciones de postres fríos, como natillas o flanes, que utilizan huevo como ingrediente, es preferible prepararlas en el momento de consumo.
  • En los frutos secos envasados, hay que prestar especial atención a la formación de agujeros en los envases. Hay que desecharlos ante cualquier indicio de humedad por el posible riesgo de desarrollo de mohos productores de toxinas.
Alimentos congelados industriales:
  • Se aconseja evitar los productos con signos de rotura de la cadena de frío (descongelación parcial previa): envases blandos, escarcha sobre el producto, desgarros o líquido congelado sobre el paquete.
  • Es adecuado adquirirlos en el último momento de la compra, utilizar siempre bolsas isotermas con acumulador de frío para su transporte y realizarlo en el menor tiempo posible. Una vez en casa, se deben introducir inmediatamente en el congelador.
  • Siempre que se descongelen o cocinen, según el caso, hay que seguir las indicaciones del fabricante.
Cocinar con antelación y conservar:
  • Si se elabora el plato con antelación, conviene cocinar de forma completa y enfriar antes de congelar (no más de una hora), un proceso que se llevará a cabo en recipientes tapados.
  • Una vez descongelado el producto en la nevera, hay que recalentar a fondo, asegurar al menos una temperatura de 70ºC en toda la preparación y consumir lo antes posible. Es preferible que las sopas y caldos se lleven a ebullición.
  • Si no se consume en su totalidad la comida, no se deben reutilizar las sobras.  
 
Via: http://www.consumer.es/seguridad-alimentaria/sociedad-y-consumo/2011/12/08/205343.php

martes, 24 de junio de 2014

Suplir el Calcio en una Dieta Vegana

El calcio es el mineral más abundante en el cuerpo humano. Un 99% del total de nuestro cuerpo se encuentra en los huesos y en los dientes jugando un papel muy importante en la estructura de éstos.

El calcio es el mineral más abundante en el cuerpo humano. Un 99% del total de nuestro cuerpo se encuentra en los huesos y en los dientes jugando un papel muy importante en la estructura de éstos. El 1% restante se encuentra en tejidos y fluidos corporales donde es esencial para un buen metabolismo de las células, contracción muscular y transmisiones nerviosas.

Se puede encontrar calcio en una gran variedad de alimentos. Los vegetales de hoja verde, frutos secos y semillas (almendras, semillas de sésamo), tofu (“queso de soya”) y frutas deshidratadas son muy buenas fuentes de calcio para vegetarianos. Por lo contrario, la carne animal es una fuente de calcio muy pobre.
Para entender que un alimento es una buena o débil fuente de calcio, debemos considerar la 'Dosis diaria recomendada' (DDR) de calcio, la cual varía según sexo y edad:



Dosis diaria de referencia, mg/día.
Edad
DDR
0 a 12 meses  525 mg
1 a 3 años  350 mg
4 a 6 años  450 mg
7 a 10 años  550 mg
11 a 18 años, hombre  1000 mg
11 a 18 años, mujer  800 mg
19 + años 700 - 800 mg
Mujeres lactantes  1250 mg

Entonces, muy buenas fuentes de calcio son (la cantidad entre paréntesis indica una porción):
  • Tofu (60g): 304 mg. (Si quieres información sobre dónde conseguirlo y cómo prepararlo, por favor, escríbenos contándonos de qué parte de Chile eres).
  • Espinacas hervidas (130g): 208 mg
  • Higos secos (4 higos): 168 mg
  • Garbanzos hervidos (200g): 92 mg
  • Habas cocidas (200g): 90 mg
  • Brócoli cocido (95g): 72 mg
Buenas fuentes de calcio son (la cantidad entre paréntesis indica una porción):
  • Pan integral (2 rebanadas): 70 mg.
  • Castañas (9 unidades): 54 mg.
  • Damascos secos (8 unidades): 46 mg.
  • Porotos verdes (100 g): 41 mg.
  • Semillas de sésamo (15 g): 20 mg.
  • Quinoa (1 taza): 50 mg.
Fuentes pobres de calcio (la cantidad entre paréntesis indica una porción):
  • Spaghetti (100 g): 7 mg
  • Arroz integral (190 g): 7 mg
El balance cálcico puede verse afectado por un gran número de factores. La vitamina D es esencial para una apropiada absorción de calcio desde el intestino. Su obtención es muy simple: la vitamina D es producida por el cuerpo al estar expuesto al sol.

Las proteínas de origen animal (ternera, pollo, pavo, pescado y huevos) causan una pérdida de calcio vía orina. Es por ello que una persona que siga una dieta que no incluya proteína animal precisará de una menor cantidad de calcio.

Si bien algunos estudios muestran que el riesgo de osteoporosis es menor entre mujeres vegetarianas que entre omnívoras, estos estudios no son concluyentes ya que otras investigaciones no han encontrado diferencia alguna entre vegetarianas y omnívoras.

También es necesario considerar la ingesta de sodio. 1000 Mg de sodio son causantes de la pérdida de 20 a 40 Mg de calcio vía urinaria. Sin embargo, sólo un 15% del sodio que ingerimos proviene del salero de la cocina. El verdadero enemigo en este caso son las comidas procesadas, la llamada comida “chatarra”: completos, ketchup, mostaza, pepinillos y otros como papas congeladas, ravioles congelados. Entonces, no es necesario volverse “anti-sal”.

El riesgo de padecer osteoporosis puede elevarse con otros factores además de los puramente dietéticos. 
La falta de ejercicio, el estar por debajo del peso recomendado, fumar y beber alcohol son otros aspectos a considerar.

Via: http://www.haztevegetariano.com/p/937/Suplir_el_Calcio_en_una_Dieta_Vegana

lunes, 19 de mayo de 2014

¿Cuál es la manera correcta de ingerir los alimentos?

La solución para muchos problemas digestivos y de sobrepeso puede ser tan simple como aprender a comer correctamente.
 
Sabemos que en las últimas décadas, la mayoría de nosotros,  “vivimos corriendo” y eso nos hace olvidar que el proceso de la digestión de los alimentos empieza en la boca, y debemos prestarle la atención  a la velocidad con la que comemos y concientizar  los beneficios de masticar  bien los alimentos.

La Digestión Bucal es un proceso químico y mecánico muy completo, que permite triturar los alimentos en fragmentos más pequeños, ensalivarlos para pre-digerirlos y disfrutar su sabor y olor.


Se debe masticar al menos 20 veces, utilizando ambos lados de la dentadura, antes de tragar, y poner los cubiertos en la mesa entre bocado y bocado.

Los niños lo hacen naturalmente, y mastican cada bocado durante varios minutos para la desesperación de los padres, que no comprenden que los que están equivocados son ellos, que comen rápido y no disfrutan de una comida tranquila.

Evita poner la TV o la radio mientras comes. Cualquier cosa que te distraiga hará que no prestes atención a la cantidad de veces que masticas. Puede que al principio te resulte muy incómodo, pero con el tiempo se convertirá en una rutina, igual que lo es ahora comer rápido y sin masticar.

También es importante ensalivar bien los alimentos, para hacer más ligera la digestión, pues la saliva es un componente que ayuda a descomponer los alimentos en nutrientes. La propia acción de masticar segrega saliva.

Con la saliva segregamos ptialina, que es la enzima encargada de descomponer los hidratos de carbono. Si no masticamos bien, no damos tiempo a que se segregue la saliva y, por lo tanto, esas moléculas no podrán descomponerse con eficacia y tendrán que ser otros órganos y otras enzimas las que lo hagan, forzando así la maquinaria inútilmente.

En cambio, al comer más lento, la digestión será más rápida, y los nutrientes se asimilarán con más eficacia, acelerando el metabolismo, a la vez que órganos como el estómago, páncreas e hígado no tendrán el excesivo trabajo que requieren unos alimentos poco triturados. La descomposición de los alimentos será más rápida, evitando de esa manera, las digestiones pesadas que tan mal nos hacen sentir.

Comer despacio, masticando bien los alimentos antes de tragarlos, evitará además, el tragar una excesiva cantidad de aire, mientras se come y los gases que son tan molestos.

Masticar bien los alimentos no sólo agiliza la digestión sino que también hace  que consumamos menos alimentos, pues nuestro cerebro detecta que estamos saciados aproximadamente a los veinte minutos, después de haber ingerido el primer bocado. Los que comen rápido pueden consumir mucha comida, lo que equivale a más calorías, sobrepeso y obesidad.

Disfruta de los alimentos, presta atención a su sabor, su textura, a cómo se deshacen en la boca, a cómo  descienden con delicadeza, a cómo te nutren. Agradece cada bocado que lleves a la boca. Tu organismo se beneficiará más si tú disfrutas de ese alimento. No por arte de magia, sino porque cuando tienes pensamientos positivos de placer, ayudas al organismo a segregar sustancias beneficiosas.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Dietas para adelgazar: mentira contra verdad

"Si como un alimento o un menú fuera de la dieta, mejor abandono". Mentira. Un error no descarrilla el plan de adelgazamiento, lo ralentiza, pero no frena tanto la pérdida de peso como el hábito y el aprendizaje que lleva pareja la dieta.

"O lo hago todo o no hago nada". Mentira. Al final de semana, cuando se suba al peso, el cómputo de la pérdida será el resultado de los nuevos hábitos alimentarios y de ejercicio.

"Elijo grasa porque llena más". Mentira. Si bien la grasa tarda más tiempo en ser digerida, no quita más el hambre. Las verduras y las frutas llenan más, así como los cereales integrales.

"Fuera el pan, es lo que más engorda". Mentira. En la medida justa que indique la dieta de adelgazamiento, el pan engorda y nutre como otro alimento con el mismo número de calorías.

"No a los hidratos, son malos". Mentira. En esta segunda década del siglo les ha tocado a los carbohidratos cargar con el peso de la prohibición, hasta el punto de que se prescinde de una guarnición de arroz y se elige una porción de queso para limitar calorías.

"Light o bajos en grasas son aliados". Mentira. Se trata de limitar la cantidad y aumentar de heterogeneidad de todos los alimentos, no de aumentar los bajos en grasa que gustan.

"A mayor restricción más peso se pierde". Mentira. Los estudios demuestran que las dietas restrictivas son mucho más susceptibles de ser abandonadas. Las dietas de adelgazamiento tienen que ayudar a vivir, y conquistar y convencer a quien la realiza, y eso solo se logra si es satisfactoria.

lunes, 12 de mayo de 2014

Come con los cinco sentidos puestos en el plato y la televisión apagada

Escribir whatsapps o sms´s mientras se está comiendo o estar pendiente de cualquier tipo de pantalla (móvil, ordenador, Ipad, etc.) lleva a comer más descuidadamente y en mayor cantidad. Diferentes investigaciones señalan, además, que cuando una persona está concentrada en cualquier tipo de pantalla mientras come, disminuye de forma significativa el consumo de frutas, verduras, legumbres y de otros alimentos saludables. 

El Departamento de Agricultura de Estados Unidos halló en 2010 “evidencias fuertes y consistentes” sobre la clara relación que existe entre el tiempo dedicado a ver la televisión y el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad. 

En cuanto a ver la televisión comiendo o cenando, un estudio de la Harvard School of Public Health llevado a cabo entre adolescentes señala que el número de horas pasadas frente al televisor es inversamente proporcional al consumo de frutas, verduras y legumbres. 

Además de ser una actividad sedentaria, que incluso quema menos calorías que otras parecidas (como estar leyendo o sentado en el trabajo), ver la televisión comiendo favorece el consumo de alimentos de alta densidad energética. Sobre este particular, un estudio de la Universidad de Toronto (Canadá), publicado en la revista “Pediatric Research” en junio de 2007 que fue coordinado por la nutricionista Harvey Anderson, observó que los niños que comen viendo la tele podrían llegar a ingerir hasta 228 calorías más que los que no la ven, entre otras cosas, dice Anderson, “porque ver la televisión invalida nuestra capacidad de saber cuándo debemos de parar de comer”. 

A la misma conclusión llega un estudio de la Universidad de Illinois: utilizar la tele como aliada para que niños y adolescentes coman no es buena idea, pues favorece el incremento de la cantidad de comida y la reducción de su calidad. Eso por no hablar de la posibilidad de “intoxicarse” con los anuncios que exaltan las supuestas virtudes de patatas fritas, salsas, pizzas y otros alimentos no demasiado saludables. 

Acabamos con una curiosidad: según un estudio elaborado por un grupo de nutricionistas, epidemiólogos y expertos en medicina preventiva de la Harvard School of Public Health, usar el mando a distancia priva de consumir dos kilocalorías cada vez que se cambia de canal (de otro modo habría que levantarse para ir al aparato de televisión). Teniendo en cuenta que se cambia de canal siete veces a la hora, los expertos calculan que semanalmente se dejan de quemar trescientas kilocalorías, el equivalente a una pechuga de pollo con ensalada y fruta de postre. 

Via:  http://comeronocomer.es/los-consejos/come-con-los-cinco-sentidos-puestos-en-el-plato-y-la-television-apagada

jueves, 10 de abril de 2014

El papel de la dieta en niños con TDAH

En los últimos 25 años, España, como muchos otros países occidentales, ha sufrido un notable incremento de diagnósticos de niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Por suerte, nuestra realidad aún está lejos de lo que ocurre en Estados Unidos, donde el 10% de la población infantil está diagnosticado de TDAH. Dos de cada tres de estos menores reciben medicación, una medicación no exenta de efectos adversos, como triplicar las posibilidades de sufrir diabetes.

¿Puede la dieta estar implicada en esta trama?  
Este artículo presenta las posturas más recientes sobre este aumento de diagnósticos, analiza la relación de la dieta con el TDAH y señala otros factores que pueden incidir en esta enfermedad, más allá de los nutrientes.

Diagnósticos al alza de TDAH, ¿justificados?

Para muchos científicos estamos ante una situación de "sobrediagnóstico por diagnóstico impreciso", tal y como postulaban en agosto de 2012 pediatras del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander en la reputada revista Evidencias en Pediatría. 
En su artículo, titulado "¿Existe un sobrediagnóstico del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?", los investigadores proponen utilizar un espíritu crítico a la hora de entender las epidémicas cifras de esta dolencia, cada vez más crecientes. 
Se preguntan, en este sentido, lo siguiente: "¿Existe dicho trastorno o es una 'invención' que origina muchos beneficios económicos al tratar y medicar a personas sanas?". 

Tanto la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), como la Organización Mundial de la Salud (OMS), alertan sobre lo poco justificado que está el alarmante incremento de diagnósticos de TDAH y, sobre todo, de los tratamientos farmacológicos asociados, que solo deberían usarse en diagnósticos de impecable precisión y siempre después de probar con tratamientos psicopedagógicos o conductuales. 

Sea como fuere, se ha postulado en diversas ocasiones y en diferentes medios -tanto académicos como de divulgación general- si el aumento de diagnósticos podría guardar relación con factores relacionados con la alimentación, tales como colorantes y aditivos alimentarios, el azúcar, el chocolate o los pesticidas.

Relación del TDAH con la dieta

  • Colorantes. En 2007, un estudio británico muy comentado por los medios de comunicación sugirió cierta asociación entre el consumo de algunos colorantes y la hiperactividad infantil. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) analizó el estudio en profundidad y concluyó, en marzo de 2008, que no tenía validez y que los colorantes que en teoría estaban implicados en las supuestas alteraciones del comportamiento de los niños eran del todo seguros. En todo caso, un exhaustivo análisis publicado por Arnold y colaboradores en Neurotherapeutics señaló en julio de 2012 que, si bien es cierto que las evidencias sobre la relación colorantes-TDAH no son concluyentes, tiene sentido recomendar que los pequeños (con o sin TDAH) disminuyan su exposición a los colorantes (que se ha cuadruplicado en los últimos 50 años), ya que tales aditivos hacen más atractivos a alimentos insanos, algo vinculado con la muy preocupante obesidad infantil.
  • Pesticidas. Existen estudios que han relacionado el TDAH con los pesticidas y ello ha generado un miedo injustificado hacia alimentos que son seguros, ya que la legislación sobre el uso de pesticidas en la Unión Europea es una de las más rigurosas del mundo. En 2010 se publicó un artículo en Pediatrics que sugería que los pesticidas podrían estar contribuyendo a generar TDAH. No obstante, los propios autores indicaban que sus observaciones no probaban "causalidad", es decir, que el diseño de su estudio no permitía dilucidar si sus hipótesis eran válidas. Dos investigadores españoles pertenecientes al Hospital Universitario Dr. Josep Trueta (Girona) y al Institut Català de la Salut (Área Básica de Salud Girona) revisaron a fondo el artículo para concluir en la revista Evidencias en pediatría que sus limitaciones metodológicas eran diversas, lo que se traduce en que la asociación entre pesticidas y el TDAH es "dudosa".
  • Azúcar y chocolate. El azúcar aparece de forma periódica en los diarios o en boca de terapeutas alternativos como un gran implicado en este trastorno. Algo que en 1996 ya habían desmentido nada menos que doce estudios rigurosos. Incluso el chocolate, que contiene cafeína, no parece estar implicado, dado que la dosis de esta sustancia es muy baja, a diferencia de lo que ocurre con algunas bebidas carbonatadas y, sobre todo, con el café o las "bebidas energéticas". Eso no significa que los niños puedan seguir tomando con total tranquilidad azúcar, ya que su elevado consumo está vinculado, de nuevo, con el riesgo de obesidad.
  • Otros nutrientes. Otros componentes dietéticos estudiados en relación a los síntomas del TDAH son el zinc, el hierro, el magnesio y los ácidos grasos omega-3. En marzo de 2012, Thapar y colaboradores señalaban en la revista Archives of disease in childhood que ninguno de dichos componentes mostraba una asociación convincente con el TDAH e, incluso, cuestionaban el valor de modificar la dieta de los menores diagnosticados de este trastorno (que no suele ser saludable) para una supuesta mejora de los síntomas.

Déficit de naturaleza y de familia, no de nutrientes

El TDAH es, en suma, un trastorno sobrediagnosticado, sobremedicado y cuya relación con la dieta, salvo en el caso de la cafeína, es más que dudosa. Puede que tenga más que ver con quién come el niño que lo que come: aumentar la frecuencia de las comidas familiares y promover una buena atmósfera emocional en la mesa (mediante conversaciones distendidas) se ha asociado a la prevención de numerosos trastornos infantojuveniles. 

Parece más clara la relación del TDAH con la ausencia de naturaleza. Richard Louv, en su libro 'Last child in the wood' ('Último niño en el bosque'), se refirió en 2008 a esta dolencia como "Trastorno por Déficit de Naturaleza", ya que, según él, los pequeños no fueron concebidos para pasar su infancia en una asfaltada ciudad, entre cuatro paredes, ante un frío pupitre u obedeciendo órdenes de diferentes profesores durante años. Los niños crecen más felices y tienen menos problemas cuando corren, saltan, juegan y hacen actividades con sus manos en contacto con la naturaleza

En la misma línea, pero desde el ámbito académico, Wigal y colaboradores han propuesto más recientemente (en mayo de 2013, en la revista Journal of Attention Disorders) que más útil que dar fármacos a los menores con TDAH (suponiendo que de verdad tengan dicho trastorno) es conseguir que hagan ejercicio. 
Los beneficios del ejercicio físico son superiores a los de los psicofármacos, ya que no tiene efectos secundarios negativos, sino positivos: evitar el sedentarismo no solo mejora el pronóstico de la dolencia, también disminuye la obesidad, el colesterol, la presión arterial y un largo etcétera de problemas.

Un reciente estudio publicado en Nutrición Hospitalaria ha observado, además, que la lactancia materna sostenida durante al menos los primeros seis meses de vida supone un factor de protección frente a esta dolencia. La investigación, coordinada por el doctor Juan Manuel Pérez Ruiz (Universidad de Granada), se suma a las evidencias que apuntan que una mayor duración de la lactancia materna se relaciona con un mejor desarrollo cognitivo en la edad escolar. Incluso hay investigadores que se refieren no tanto a los beneficios de este tipo de alimentación para la inteligencia del niño, sino a los perjuicios de la interrupción temprana de esta práctica sobre el cociente intelectual verbal y no verbal del menor. 

El pediatra Carlos González plantea en su último libro, 'Creciendo juntos', una interesante reflexión con la que vale la pena concluir: "Estamos en una sociedad que le puede quitar la medalla a un atleta profesional por haber tomado una pastilla para correr más, pero que es capaz de administrar a un niño de seis años una pastilla para estar más atento en clase". 

 Via: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/infancia_y_adolescencia/2014/04/08/219713.php